La perspectiva de las personas sigue siendo un obstáculo para la comprensión de lo que la mayoría a catalogado como Misterios, pero que en el evangelio es una realidad revelada, por el poder del Espíritu y no por ideas fantasiosas de lo que se desea. Todo creyente debe ser consciente de que los principales aspectos del Reino de los Cielos, que actualmente se encuentra en la tierra, son en su mayoría "Procesos", que por sí mismos no tienen un fin, a no ser que exista la intervención divina de Dios.
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Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.
Mateo 13:31-32 NTV
Jesús continua con las parábolas acerca del Reino de los Cielos, con el fin de expandir el conocimiento necesario para sus discípulos y para todo aquel que desee ser parte de este maravilloso ministerio. En este caso emplea "La Parábola del Grano de Mostaza", en donde curiosamente se vuelve a utilizar el símbolo del grano o semilla, lo que nos da la idea, de un proceso de crecimiento. Aquí se vuelve a mencionar a un sembrador o persona encargada de sembrar (Jesucristo) el grano de mostaza en el campo que le pertenece, la Tierra.
El Grano de Mostaza
El Señor compara al grano con el mismo Reino, y ya no con la
palabra o experiencia espiritual del cristiano basado en la fe, dado que estas
ya son parte del Reino de los Cielo, por lo que esta comparación nos muestra un
estado de conversión prematuro en desarrollo. El grano, al cual podría referirse
Jesús, sería la Sinapis Nigra, una
planta de mostaza muy común en Palestina. Sus semillas son extremadamente
pequeñas y crece hasta llegar a ser un arbusto de más de tres metros de altura,
de manera que las aves pequeñas pueden refugiarse en sus ramas. Existe también
la Salvadora Pérsica, que también
posee una gran altura.
Mas adelante en Mateo 17:20, Jesús vuelve mencionar el grano de mostaza, comparándola con la fe del creyente, lo que parece indicar que el tamaño del grano tiene un valor significativo en el Reino, no tanto por cómo se vea, sino como inicia, teniendo en cuenta que la conforman distintos procesos, como la oración, la santificación, el estudio exhaustivo o la predicación.
El Inicio de la Redención
Todos sabemos que la estrecha relación que había entre Dios y el hombre, fue perjudicada gravemente por la desobediencia en el jardín del Edén, pero dicha comunión volvió a retomarse con los descendientes de Adán, específicamente con los de su hijo Set que, tras el diluvio, continuo con Sem y así sucesivamente hasta llegar a Abraham, y aun así el inicio del Reino de los Cielo se sigue viendo muy pequeño, luego de pasar por más de 10 generaciones. Teniendo este panorama, podemos comprender el papel que tenía Israel como el pueblo elegido, de entre los grandes reinos de la Tierra, teniéndola como insignificante.
A pesar de los terribles declives que tuvo la antigua Alianza de Dios con Israel, por el pecado de este último, se dio un reinicio del Pacto, con la enorme diferencia, de que este sería inquebrantable. El Reino volvía a establecerse entre los hombres, iniciando con la predicación de Juan el Bautista, continuando con la Resurrección, la Ascensión, la venida del Espíritu Santo y la predicación del Evangelio de Jesucristo, que hasta hoy día resuena en el corazón de millones de cristianos alrededor del Globo. Ese es el largo, pero efectivo papel que juega el símbolo del grano en la historia, porque de otra manera no se comprendería hasta hoy día, ya que el tamaño del grano se ajusta al tamaño de nuestra capacidad de comprensión, por eso es necesario el proceso, siendo ahora el cristiano el receptor de tan maravilloso conocimiento.
La Mayor de las Hortalizas
En el segundo y último versículo de la parábola, nos encontramos con un símbolo un tanto confuso, el Árbol. La propia definición de la planta, que nace tras la germinación del grano, nos muestra que es una hortaliza, que al final sería un gran arbusto, pero no árbol como nos lo indica Jesús. Analizando detenidamente, notaremos que Jesús no nos ofrece una contradicción, sino más bien una explicación sobrenatural, partiendo de un grano a una hortaliza, pero esta pasa a una última etapa que la lleva a convertirse en un gran árbol. En términos simples, el conocimiento del Reino de los Cielos es tan poderoso, que trasciende nuestra propia lógica y capacidades, con el fin de ya no depender en su totalidad de ellas porque el mismo Espíritu de Dios se encargara de alimentarnos con los nutrientes espirituales necesarios para un crecimiento que va más allá de los estándares religiosos del mundo.
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La Expansión
El crecimiento del Reino en el creyente es mas que suficiente para desmantelar cualquier filosofía errónea o conocimiento malintencionado, que quiera confundirlo, dado que este conocimiento no solo se sabe, sino que también se vive como prueba de su veracidad. Además, es demasiado grande como para no expresarlo o compartirlo con alguien más, por esta razón es que las aves, o sea las personas necesitadas de un conocimiento que las haga trascender del materialismo que los agobia, vendrán al creyente para conocer y disfrutar de las riquezas espirituales del Reino de los Cielos, que inicia con la predicación del verdadero Evangelio y posteriormente la fe, que son parte del mismo;
Así que la fe viene por oír, es decir, por oír la Buena Noticia acerca de Cristo.
Romanos 10:17 NTV
Un aspecto final en este estudio, es que el creyente por inercia debe desarrollar un nivel apto de discernimiento, para no ser presa de las aves del cielo que vienen a él con otro objetivo, robar la palabra de Dios, como también se les refiere en la Parábola del Sembrador.