El Aceite y su Simbología

Siendo un producto tan útil por sus múltiples usos, el aceite de oliva es símbolo de fuerza espiritual, salud y vigor, a la vez que de luz, por servir como combustible en las lámparas utilizadas en la iluminación (cf. Mat. 25:1-13). Es también, sobre todo el aceite perfumado, un símbolo de alegría ((Sal. 45:7; Prov. 27:9; Ec. 7:1; 9:8; cf. Eclo. 9:8; Heb. 1:9) y así se utilizaba especialmente en las festividades (Am. 6:6).



Derramar aceite sobre un huésped era una muestra y señal de honor, como evidencia una conocida figura del libro de los Salmos, en la que este producto simboliza la abundancia de la bendición divina: «Preparas mesa delante de mí en presencia de mis adversarios. Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando (Sal. 23:5; cf. 92:10). Los ungidos con aceite tienen la bendición de Dios y, con ella, la misión de iluminar al pueblo y guiarlo por el camino de la salvación. La unción es externa, signo de la acción interna del Espíritu de Dios que transforma al ungido (1 Sam. 10:1--6; 16:13). En este sentido, el aceite de la unción se convierte en un tipo de los nuevos tiempos y anuncia la llegada del Mesías: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos» (Lc. 4:18; cf. 1 Jn. 2:27).