El Lugar de la Matanza

El Lugar de la Matanza, el Altar de Madera de Sittim, el Altar de Bronce o el Altar del Holocausto en el Tabernáculo del Testimonio fue el objeto en el que se encontraba el famoso "Fuego Continuo" encendido por el mismo Dios en el día de la consagración de la Casa de Aarón en el sacerdocio levítico (Lev. 9:24), y era en él que se consumían las ofrendas diarias y el de las conmemoraciones anuales del pueblo de Israel.

Altar del Holocausto

En la antigüedad, se nos dice que se erigieron altares a Dios, ya sea en su honor como agradecimiento o para invocarle en medio de la aflicción. Esto nos indica que los altares se erigían como lugares para allegarse a Dios, siendo el sacrificio la aceptación de ello.


A Moisés se le mandó que en todos los lugares donde Dios hiciere estar la memoria de Su Nombre le deberían erigir un altar de madera, de tierra o de piedra, y ofrecer encima ovejas y bueyes como holocaustos y ofrendas de paz; si los altares se hacían de piedra, no deberían ser de piedra labrada; si alzaban herramienta sobre él, ya que quedaría contaminado (Éxodo 20:25, 26).


Al fabricarse el Altar del Holocausto, era lo primero que veían los israelitas al ingresar al Atrio del Tabernáculo. Su presencia viva <Fuego Continuo> le recordaba al pueblo, en todo momento, que sólo podían acercarse a El mediante el sacrificio. Esta era la única manera en que sus pecados podían ser expiados, dado que Dios siempre demandaba sangre para ello.


    Diseño    

El Altar de Bronce estaba ubicado en el vestíbulo del Tabernáculo <El Atrio> casi en el centro en el lado este por el portón, que daba acceso a su primera división luego de pasar por Lavacro. Dios le reveló a Moisés en el Sinaí las especificaciones para los dos altares movibles que debían usarse en el Tabernáculo: el Altar del Incienso y el del Holocausto, los dos fabricados por el artesano Bezaleel y Aholiab, bajo la supervisión sacerdotal.


  • Fue hecho de madera de acacia y recubierto de bronce, por la resistencia de este metal hacia el fuego (Todo de una misma pieza sin soldaduras o añadiduras).
  • Tenía aproximadamente 1.55 metros de altura por 2.56 metros de lado, formando un cuadrado (casi la mitad del ancho del Tabernáculo) lo que lo convertida en la pieza mobiliaria más grande del santuario.  
  • Poseía 4 cuernos de bronce, uno en cada esquina, que se untaba con sangre de las ofrendas por el pecado.
  • En medio tenía un enrejado del mismo metal que se acomodaba en el interior del Altar, sobre el cual se quemaban las ofrendas. 
  • En 2 de los lados había anillos, a través de los cuales se podían insertar varas de madera de acacia forradas de bronce, que permitían trasladar el Altar cuando los israelitas se mudaban de lugar.
  • El enrejado no era un fogón, ya que el Altar era hueco y no tenía tapa. Algunos suponen que al ser usado se lo llenaba de tierra y piedras, otros piensan que funcionaba como incinerador, obteniéndose una corriente de aire por el enrejado. 
  • Su altura era adecuada para que un hombre ministre; dado que la altura de un hombre es ordinariamente de cuatro codos; de modo que un hombre que servía en el Altar estaría a un codo, o media yarda más arriba de él, lo que lo hace cómodo para el oficio sacerdotal.
  • Dios prohibió las añadiduras en su estructura: «No subirás por gradas a mi altar, para que tu desnudez no se descubra junto a él.» 


    Utensilios Complementarios    

  • Paletas para juntar las cenizas. 
  • Tazones para recibir la sangre del sacrificio, la cual había de ser rociada en los lados del Altar y en ocasiones particulares dentro del Lugar Santo y sobre el pueblo.
  • Garfios o tenedores de tres dientes para sostener y mover la carne de los sacrificios (1 Sam 2:13:14). 
  • Braseros o vasos grandes, en que se guardaban las brasas para trasladar el fuego sagrado descendido del cielo cuando se reubicaba el campamento y cuando se limpiaba el Altar y las rejas.
  • Sartenes o más bien ollas, usadas para desechar las cenizas del altar.
  • Pilas o recipientes usados para recibir la sangre de las víctimas y echarla sobre el Altar.
  • Incensarios, vasijas de metal poco profundas que se empleaban para llevar brasas encendidas del Altar de bronce al Altar del incienso.
  • La Brújula del Altar, era un mero borde de la parte superior, del que dependía la red, que tenía por objeto atrapar cualquier cosa que pudiera caer del altar. Otros, mientras lo ubican a la mitad de camino en el altar, lo consideran como un mero adorno, solo sobresaliendo levemente y formando una especie de remate de la red.


  Dato Curioso:  Según la tradición rabínica, había una pendiente de tierra en el lado sur del Altar amontonada para que el sacerdote subiera al escenario en vez de usar gradas. Además, el fuego del Altar estaba compuesta por 3 hogueras.

Altar del Holocausto


   Altar del Primer Templo   

Al construir el Templo, el rey Salomón, aunque sometido a la influencia de sus aliados fenicios, procuró seguir la disposición básica del Tabernáculo y su Atrio.


A pesar de que el rey David ya había erigido un altar para los holocaustos (2 Sam. 24:25), probablemente Salomón construyó uno nuevo, como lo indica 1 Reyes 8:22 (no mencionado en la descripción principal del Templo, 1 Reyes 6). 


Los descubrimientos arqueológicos en Arad ilustran perfectamente los altares de este período, donde en el patio del Templo había un altar de ladrillos y escombros para holocaustos (Comparar Éxodo 20:25) que medía lo mismo que el Altar de Bronce. Dos altares de incienso construidos de piedra, con su parte superior cóncava, en forma de recipiente, se hallaron en un escalón que conducía al “Lugar Santísimo”. Otros altares de incienso del período israelita se han descubierto en Beerseba y otros lugares.


El Altar del holocausto del Templo de Salomón se hizo de bronce.  Tenía unos 5,15 m de altura por unos 10,30 metros lado (2 Crónicas 4:1) con una rampa adherida.  Sus medidas se dieron en codos egipcios (20 codos de lado y 10 codos de alto).


El altar del holocausto en el Templo de Salomón no poseía los anillos de bronce en 2 de sus lados, ni varas de bronce para transportarlo, dado que fue fabricado para un lugar permanente.


   Dato Curioso:    La ley mosaica prohibía los altares locales después que se hubiera elegido el lugar central de culto (Deu_12:13-14); sin embargo, se los permitió antes de la construcción del Templo de Salomón (1 Samuel 9:12).  

Altar del Holocausto


   Altar del Segundo Templo   

Cuando se reconstruyó el Templo, después del exilio babilónico, presumiblemente tuvo altares. Hay referencias a ellos en Josefo (Contra Apión 1.198) y en la Carta de Aristeas, pero en relación con este período a ninguno de estos autores se lo puede seguir incondicionalmente. En el 169 a.C. Antíoco Epífanes se llevó el “Altar de oro” (1 Mac. 1:21), y dos años después coronó el Altar de los holocaustos con la “Abominación la Desoladora” (1 Mac. 1:54), probablemente una imagen de Zeus. Los macabeos construyeron un nuevo altar y restauraron el del Incienso (1 Mac. 4:44–49); ambos deben haber continuado en uso cuando Herodes amplió el Templo a fines del siglo I a.C.


En la época de Herodes, el Altar del Holocausto era una pila de piedras sin labrar, a la que se llegaba por medio de una rampa.


En el Nuevo Pacto se emplean dos palabras para Altar, la más frecuente de las cuales es Thysiasteµrion, que a menudo se usa en La Septuaginta (Version griega del Antiguo Testamento). El termino fue empleado al hablar del Altar en el que Abraham se preparó para sacrificar a Isaac (Stg. 2:21), del Altar de Holocaustos en el Templo (Lucas 11:51), no sólo en el Templo terrenal sino también en el celestial (Apo. 14:18).


En el Nuevo Testamento Jesús, según los sinópticos, no reprobó expresamente el sacrificio, el cual ocupaba un puesto tan céntrico en el culto judío; reconoció incluso la santidad del Templo (Marcos 11:17) y la del Altar (Mateo 23:18-19). Sin embargo, prefirió el sacrificio de la reconciliación con el prójimo (Mateo 5,23)


Aprobó la enseñanza de los profetas (Mateo 12:5-8), resumiéndolas en el mandamiento del amor y predijo la ruina del Templo y, por consiguiente, el fin de los sacrificios inseparablemente unidos con el Templo; Jesús llegó hasta anunciar que los holocaustos de la antigua alianza tenían que terminar, porque Él fundaría una nueva alianza con Israel.

Altar del Holocausto


   El Altar en la Visión de Ezequiel   

Durante el exilio Ezequiel tuvo una visión de la restauración de Israel y la reconstrucción del Templo (Ezequiel 40), y aunque no se menciona ningún altar de incienso, se describe detalladamente el Altar del Holocausto (Ezequiel 43:13–17). 


Consistía en tres estrados que llegaban a una altura de 11 codos sobre una base de 18 codos de lado. En su forma recordaba a un zigurat babilónico, impresión que acentúan los nombres de algunas de sus partes. 

La base, eh-rets (Ez. 43:14, la “base, sobre el suelo”, literalmente “El Seno de la tierra”) recuerda el irat acádico, que tiene el mismo significado, y los términos ar-ee-ale, que se traducen como “altar” en el verso 15 y 16, pueden ser formas hebraizadas del arallu acádico, uno de los nombres de la morada de los muertos, que tenía el significado secundario de “montaña de los dioses”. Sería normal que tales términos se hubieran tomado del vocabulario babilónico, independientemente de su significado etimológico, después de un exilio de muchos años en Babilonia. Se subía al altar por gradas, y en sus cuatro ángulos superiores tenía cuernos, probablemente más imponentes que los anteriores.

Altar del Holocausto


   Altares falsos   

Tanto en el Reino de Israel como en Judá existieron altares ilícitos, como lo demuestra la condenación del profeta Amos contra el altar de Bet-el (Amos 3.14) y el profeta Oseas contra el altar en Efraín (Oseas 8.11) y el relato de los pecados del rey Jeroboam en 1 Reyes 12:28–33, como también los hallazgos arqueológicos que se tienen al respecto.


   Los Cuernos de Bronce   

Los acabados en las esquinas del Altar que sobresalían hacia arriba, de modo que tenían la apariencia de cuernos. En el Antiguo Oriente, los cuernos simbolizaban la fuerza, como se da a conocer en la “Bendición de Moisés a la Tribus” (Deuteronomio 33:17), y el hecho de que este colocado de acuerdo a los puntos cardinales, demuestran su alcance salvador por el sacrificio.


   Dato Curioso:   Los cuernos eran proyecciones que apuntaban hacia arriba en forma de un pequeño obelisco. Debían ser partes del Altar, no simplemente añadidos a él. Sobre ellos se unto la sangre de un becerro, el día que la consagración de Aaron y sus hijos como sacerdotes (Éxodo 29:12), al igual que en el Dia de la Expiación (Levítico 16:18). 


   Simbolismo Espiritual   

  • El bronce es usado para representar el juicio implacable de Dios sobre alguien. En el cristianismo, Jesús es quien recibe el castigo sobre la Cruz, que simboliza el Altar del Holocausto, junto con su estructura interna de madera de acacia que representa la humanidad de Cristo.
  • Expresamente se acentúa el carácter expiatorio de la muerte de Cristo, como Sumo Sacerdote de la Nueva Alianza, por lo que no necesita, a la manera de los sumos sacerdotes, ofrecer sacrificios todos los días, primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo, pues lo hizo una sola vez y para siempre ofreciéndose Él mismo.
  • En los escritos joánicos (El Apóstol Juan), Jesús, que muere en la Cruz en el momento en que es inmolado el cordero pascual (Juan 19:14), aparece como el verdadero cordero pascual, cuyos huesos no debían quebrantarse (Juan 19:36). 
  • Jesús es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo, sacrificado sobre el Altar (La Cruz del Calvario), cubierta con la sangre purificadora.
  • La sangre de los corderos ordinarios, encubrían el pecado (Expiación- Del hebreo kafár, cubrir), pero la sangre de Jesús los borra, conocido como la “Ley de la Sustitución”.
  • El Altar no tocaba tierra, por las plataformas que le colocaban. Jesús murió también de manera elevada en la Cruz, entre la tierra pecadora y el Cielo Santo.
  • El fuego en el Altar también representaba la ira de Dios, a tal punto de consumir el sacrificio. El salmista profetiza un hecho parecido a través de la alegoría de la cera derritiéndose y el sufrimiento del Mesías. Se cree que el corazón de Jesús exploto estando en la cruz, lo cual explicaría la terrible pérdida de sangre que sufría, de manera que solo saliera sangre mezclada con agua de su costado. 
  • Pablo consideró, sin duda alguna, la muerte de Cristo como un sacrificio; atribuye los efectos de la redención obrada por Cristo a la sangre (Rom 5:8) o a la muerte voluntaria de Cristo (Gál 2:21); así da a entender que considera la muerte de Cristo como sacrificio de purificación.
  • Hebreos presenta con frecuencia la muerte de Cristo como un holocausto que sobrepuja, con mucho, a todos los de la antigua alianza: a los holocaustos y las oblaciones diarias, el sacrificio de la vaca roja, al sacrificio por el que se fundó la antigua alianza en el Sinaí, a los sacrificios expiatorios en general y, sobre todo, al del gran Día de la Expiación. 
  • En el Nuevo Pacto se expresa el principio de que comer de un sacrificio es una manifestación de comunión con el Altar donde se efectúa el sacrificio (Como lo hacían los sacerdotes en el Tabernáculo). Por ello no se puede beber de la copa y comer de la mesa del Señor, si se es siervo de otro señor.
  • A los creyentes hebreos se les dijo: «Tenemos un Altar del cual no tienen derecho a comer los que sirven al Tabernáculo» (Hebros 13:10). Ello se refiere a la ofrenda por el pecado, cuya sangre era llevada al Lugar Santísimo, y cuya carne no era comida, sino quemada fuera del campamento. Jesús sufrió fuera de la puerta, pero no fuera de los límites de Jerusalén, y por ello, para estar en Su compañía, se instruía a los creyentes a que abandonaran el campamento; esto es, a que abandonaran el judaísmo. Como servidores del Tabernáculo que eran todavía, no tenían derecho al Altar Cristiano.
  • En Apocalipsis hay un Altar de Oro en el cielo, y mucho incienso asciende con las oraciones de los santos; pero el fuego del Altar de Bronce es arrojado sobre la tierra, y es seguido de juicios. Y Juan oyó decir al altar (así es como se debería traducir este pasaje): «Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos» (Apo. 16:7). Se trata aquí indudablemente del Altar de Bronce.
  • La ubicación que tenía el Altar, nos muestra que debe haber una muerte antes que el hombre caído pudiera tener acceso a la morada de Dios.
  • Allí se acogían a refugiarse los que buscaban protección, aferrándose a los cuernos del Altar, como lo intento el ilegitimo heredero Adonías (Hijo del rey David) y el general Joab (1 Reyes 1:50, 51; 1Re 2:28). 
  • La distinción entre la santidad del Atrio y la del Tabernáculo está reflejada en el valor de los materiales usados en su construcción. Mientras que el oro se usaba regularmente en el Tabernáculo (Que simbolizaba la divinidad), los principales metales usados en el Atrio eran plata y bronce (Que simbolizaban juicio y redención). 
  • Las gradas que se le querían colocar al Altar simbolizan las añadiduras humanas que estaban prohibidas en la construcción del Tabernáculo en sí, porque en las cosas divinas lo que surja del hombre mismo solamente manifiesta la condición absolutamente vergonzosa de todo lo que surge de la naturaleza caída.
  • En el Altar solamente se ofrecían animales perseguidos y no perseguidores, por la inocencia y pureza de los mismos.
  • El Holocausto, tipológicamente representa a Cristo presentándose a Sí mismo de acuerdo con la voluntad divina para el cumplimiento del propósito y mantenimiento de la gloria de Dios allí donde se advertía pecado. En el tipo, la víctima y el ofrendante eran esencialmente distintos, pero en Cristo los dos estaban necesariamente combinados.

Altar del Holocausto