La Profación del Rey Acaz

En el año diecisiete del reinado de Peka en Israel (Samaria), aproximadamente el 736–735 a.C. el príncipe Acaz asciende al Trono de Judá a los 20 años, convirtiéndose en el décimo cuarto rey del linaje de David y el duodécimo del Reino del Sur, Judá.


Rey Acaz

En contraste con su padre Jotám y su abuelo Azarías (o Uzías), por primera vez desde la muerte de Atalía el autor da un informe negativo sobre un rey de Judá. Excepto por el rey Joram, Acaz es el único rey de Judá del cual se dice que anduvo en el camino de los reyes de Israel. En el caso de Joram, la frase se refería específicamente a la apostasía de Acab (2 Reyes 8:18), y parece que es lo mismo aquí ya que la apostasía (incluyendo holocaustos humanos que nunca son mencionados en la crítica de los reyes de Israel) caracterizó el reinado de Acaz.

 

   Nombre Profético   

Su nombre fue la abreviación de Jehoahaz, como en el caso del hijo de Josías (23:30) y el hijo de Jehú (13:1). Significa: EL QUE TOMA O SE ADUEÑA.  


Significado que se terminaría cumpliendo en su reinado, lo que lo dejo mal parado, similar a la evaluación que se le hizo al rey Salomón y el rey Roboam. Acaz fue uno de solamente dos reyes de Judá que fueron comparados con los de Israel; el otro fue Joram su antepasado.

 

   Reinado   

Si bien es cierto que Judá fue más beneficiada que Israel con sus gobernantes, no todo fue armonía en el reino del sur. Acaz pasó a la historia como un rey injusto. Sus pecados superaron con mucho los de sus predecesores. A los ojos del historiador deuteronomista, las derrotas políticas de Acaz fueron consecuencia directa e inmediata de sus pecados y no de estrategias militares.


Su carácter como rey, la sensualidad y la degeneración religiosa de todas las clases del pueblo, son gráficamente presentados en los escritos de Isaías, quien profetizaba en aquel período. El grande aumento de riqueza y lujo en los reinados de Azarías y Jotam habían introducido una multitud de corrupciones, las cuales, durante su reinado y por la influencia de Acaz, dieron por fruto las prácticas idolátricas (2 Crónicas 28:24).

 

   Practicas Reprochables   

Una de las ofensas religiosas más grave a la fe hebrea, aparece primero en la lista de sus actos abominables. Fue aun peor que los reyes de Israel; practicó la ceremonia infame de quemar a su primogénito como sacrificio (holocausto) como lo hacían las naciones cananeas paganas (Levítico 18:21); era una violación directa a la ley que era penada con la muerte (Levítico 20:2).

 

Evidentemente, se trataba del dios Moloc, una deidad muy común de esa región. Este crimen, cometido por primera vez por un rey de Judá, lo vinculó con los pecados de Jeroboam I y con los del rey Manasés, más adelante. También él mismo quemaba incienso y ofrecía sacrificios en las colinas y bajo los árboles. Esto probablemente era una caracterización de los ritos de fertilidad de los cananeos, que eran acompañados por actos de indulgencia sexual.

 

Su reinado devastador equivalía a dar un paso atrás después de la reforma de su padre; era un retorno a las prácticas cananeas que prevalecían antes de la conquista de la Tierra Prometida. El único rey de Judá que lo sobrepasó en maldad fue su nieto Manasés.

 

Moloc

   Conflictos Militares   

En el ámbito internacional, los reyes de la alianza entre Siria e Israel atacaron a Judá en ambos lados del río Jordán. Se la llamó guerra Siroefrainita. Como resultado, Acaz cedió el puerto de Elat a los sirios y más tarde fue cedida a los edomitas; como consecuencia, los esfuerzos de su padre y su abuelo por extenderse al sur dieron marcha atrás.

 

En esta relación, por primera vez aparece la designación de judíos (2 Reyes 16:6), los súbditos del reino de Judá. Cuando los sirios se unieron a los israelitas para atacar a Jerusalén, creando así una amenaza seria para Judá, Acaz pidió la ayuda del Rey Tiglat Pileser de Asiria, la superpotencia de su día.


Acaz afirmó ser su siervo e hijo leal, expresiones típicas de respeto y sumisión. La palabra siervo sugiere la relación de servidumbre y dependencia; al unirla con hijo se modifica, despertando sentimientos paternales hacia él. La ley prohibía el chantaje, ya que distorsionaba el juicio justo (Deu. 16:19).

 

   Regalos Reales   

Para reforzar su petición de ayuda, le mandó la plata y el oro del Templo y del palacio como regalo o como soborno. Esta acción de pedir ayuda de otro país más poderoso ocurrió también bajo Ezequías y Menajem, pero el aspecto de soborno solo ocurrió en la guerra entre Asa y Baasa (1 Reyes 15:18-19). Siguió una política de apaciguamiento, ofreciendo voluntariamente someterse al asirio. Tiglatpileser III lo escuchó, conquistó a Damasco, mató a su rey Rezín y desterró a los habitantes.

 

El salvador de Judá hoy iba a ser su destructor en el día de mañana. Como quiera, los reyes de Siria e Israel vencieron a Acaz en la capital, a pesar de que se perdiera el puerto de Elat. El valiente profeta Isaías, que profetizaba durante su reinado, desaprobó su política internacional, aunque dicho profeta y su papel no están mencionados en este capítulo.

 

   El Nuevo Altar   

Para el tiempo cuando Acaz se reunió con Tiglatpileser III en Damasco, vio allí un altar que le impresionó. ¿Se trataba del santuario arameo principal del templo de Rimón? Cuando Urías, el sacerdote en Jerusalén, recibió una copia del plano, sin demora construyó uno igual antes del regreso de su rey del extranjero (se asume que el altar tenia un diseño de procedencia pagana).

 

En su regreso, Acaz lo vio, se acercó al nuevo altar y ofreció sacrificios y ofrendas. Además, oficiaba durante la dedicación del altar. Tradicionalmente, en dichas ocasiones el rey asumía las funciones sacerdotales (como en los casos de David [2 Sam. 6:17-18], Salomón [1 Reyes 8:63] y Jeroboam [1 Reyes 12:32]).

 

Colocó el nuevo altar en el lugar del Altar de bronce, que estaba al frente del Templo, y el viejo se colocó entre el nuevo altar y el Templo. Además, mandó al sacerdote Urías que usara el nuevo altar grande para cuatro sacrificios, inclusive las ofrendas diarias del pueblo, pero solo el rey usaría el altar de bronce para consultar. La separación de los sacrificios del pueblo de los del rey pudo haber sido un esfuerzo de reorganizar la práctica de los sacrificios con el fin de reglamentarlos. El hecho de que Urías obedeció en todo a Acaz sugiere que el sacerdote siempre estuvo de acuerdo. Y aunque todo esto Acaz lo hizo en la sombra del rey de Asiria, según el cronista el comportamiento del rey fue deliberado y peligroso.

 

 

   La Profanación de Lavacro   

Acaz hizo unas modificaciones adicionales en Lavacro o Fuente de Bronce. Quitó las bases, una escultura con adornos y de gran valor, que consistía en 12 toros de bronce para remplazarlo con una base de piedra, ya sea para pagarle un alto tributo al rey de Asiria o en el peor de los casos los uso para adornar su palacio, luego usar sus riquezas para complacer a sus aliados.

 

Fuente de bronce

   Otros Cambios   

Debido a su subordinación o temor al rey de Asiria, hizo dos cambios más:


  • Eliminó el dosel o la estructura del día de reposo, o según la Septuaginta, el estrado del trono de Salomón.
  • Desmantelo el pasadizo o puerta externa para el uso exclusivo del rey y de los sacerdotes del Templo.


Se cree que los cambios hechos por Acaz, consistían en mover ambas cosas hacia adentro del Templo por temor del rey de Asiria, para que en caso de un asedio, poder asegurar la entrada al Templo.


Acaz corrompió la adoración en el Templo en Jerusalén con la introducción de un altar de un diseño extranjero, hizo alteraciones al Templo para complacer al rey de Asiria e invitó como su ayudante al mismo rey que había destruido a la nación hermana de Israel. El enfoque del capítulo sugiere que al mismo momento de la declinación rápida de Israel, el rey de Judá invitaba precisamente el mismo destino para el reino del sur.

 

   Fin del Reinado   

Acaz se convirtió en un rey débil con un sumo sacerdote transigente a su lado. El sistema religioso de Judá se hallaba en ruinas. Ahora estaba edificado sobre costumbres paganas y su meta principal era complacer a los que estaban en el poder, los cuales más adelante fueron su desgracia (2 Crónicas 28:20-21).

 

El rey murió en Jerusalén a la edad de 40 años aproximadamente, ya que pudo haber entregado el reino 4 años antes, luego de reinar por 16 años. Le sucedió su hijo el príncipe Ezequías, quien ocupo el trono a la edad de 28 años.

Rey Acaz