Similitudes entre el Génesis y la Antigua Mesopotamia

Israel se desarrolló como nación y pueblo de Dios en el Cercano Oriente antiguo, lo que hace inevitable las conexiones históricas y lingüísticas entre la literatura de Israel y la que surge de toda esa región. Por lo tanto, si bien Israel ha sido receptor de una revelación divina que le ha dado una visión teológica única, refleja de diferentes maneras la cultura de la región en que esa revelación se plasmó. De todos los vecinos que rodeaban a Israel, la región de Mesopotamia parece tener una afinidad mayor que otras con la experiencia de ese pueblo.



La Biblia dice que Abraham salió de Mesopotamia para habitar en Canaán, y que mantuvo contactos frecuentes y estrechos con familiares que permanecieron en su patria. Esto de por sí sugiere que en los orígenes del pueblo de Israel existió un intercambio cultural e ideológico con Mesopotamia.

 

A su vez, se puede decir que en la medida que el pueblo de Israel se fue formando, también tuvo intercambio cultural y religioso con Egipto y Canaán. La relación con Mesopotamia es más que evidente en relación con los primeros 11 capítulos del primer libro de la Biblia (Génesis). Hay puntos de contacto y de comparación, aunque el significado de dicha relación no siempre ha sido aparente. Algunos han sugerido que la literatura bíblica depende de la mesopotámica, lo cual indicaría que las ideas evolucionaron y crecieron desde el contexto mesopotámico. Esta posición surge de la búsqueda de paralelos y similitudes entre ambas literaturas. Para otros, todo tipo de estudio comparativo es algo negativo que atenta contra la fe, y en consecuencia no ven ningún elemento de contacto. Es imposible negar la evidencia de la interrelación dinámica que existió entre ambas culturas. Además, la revelación de Dios a Israel no se produjo en un vacío, sino dentro de un marco histórico-cultural definido. 


Partiendo de este punto de vista, es necesario contemplar las similitudes, pero a la vez discernir las profundas diferencias que existen entre las dos culturas. Estas diferencias podrían deberse a que el relato bíblico tiene como uno de sus propósitos, precisamente, plantear una polémica en contra de la ideología y cosmovisión dominante en Mesopotamia. Es evidente que el autor de Génesis 1-11 conocía la literatura religiosa de Mesopotamia, y bajo la inspiración divina propone alternativas que difieren radicalmente. 


A continuación algunos puntos de comparación entre el relato biblico y el mesopotamico. 

  • a) En cuanto a la creación del universo, la literatura mesopotámica no ofrece un documento que describa los detalles del origen del mundo. Relatos de la creación se pueden encontrar en distintas obras, como por ejemplo El génesis de Eridu, Atrahasis y el famoso Enuma elish. Un análisis de estos documentos demuestra que existen ciertas similitudes entre ellos y Génesis 1. Por ejemplo, en las dos culturas se concibe que existía un caos acuoso previo, que los eventos de la creación se llevan a cabo en un orden similar, y que las deidades descansan al completar la obra creativa. A la vez, un estudio comparativo demuestra importantes diferencias que distinguen al relato bíblico de los mesopotámicos. En primer lugar, los elementos de la creación en Mesopotamia se originan a través de las deidades, y por lo tanto la deidad forma parte de la naturaleza creada. El Dios Creador del Génesis, en cambio, es presentado como totalmente independiente de la creación. Mientras que en la cosmología mesopotámica la luz emana de los dioses, en Génesis la luz es una creación de Dios. Dios dijo: «Que exista la luz, y la luz llegó a existir» (1:3). 

  • b) En segundo lugar, el texto del Génesis rechaza de manera contundente toda idea de que los cuerpos celestiales, al igual que los monstruos marinos, estén provistos de algún poder divino. Resalta la condición de criatura de cada uno de estos elementos, que están revestidos de poder amenazante en la literatura mesopotámica, y los desmitologiza. Finalmente, y quizás lo más importante, el texto del Génesis parte de una base netamente monoteísta como alternativa a la multiplicidad de dioses presente en la cosmología mesoptámica. En el Génesis no hay rivalidad, violencia, ni conflicto entre dioses. La creación se hace realidad mediante la voluntad libre y soberana de un solo Dios. 

  • c) Otro punto de comparación está en el relato de la creación del hombre. En ambos se puede descubrir que el hombre es creado del material al que volverá después de su muerte, pero ahí se acaban las similitudes. Mientras que en la mitología mesopotámica el hombre es creado como un esclavo para proveer alimento a los dioses, que ya no quieren trabajar más, el hombre en el Génesis es la cumbre de la creación de Dios, y, revestido de dignidad, es creado para tener una relación personal con Dios. 

  • d) Finalmente, el relato que está investido del mayor paralelismo es el que describe el > diluvio. Las dos culturas se refieren a un diluvio catastrófico que acaba con toda la humanidad. La creación vuelve a su estado caótico acuoso original. En ambos casos hay un héroe que recibe la orden de construir un barco para sobrevivir el cataclismo. Tanto Noé como su correspondiente mesopotámico, llamado Utnapishtim, mandan aves para reconocer el territorio después del diluvio, y ambos ofrecen un sacrificio de agradecimiento al salir con vida de la embarcación. Sin embargo, en medio de estas similitudes importantes, surgen diferencias de mayor envergadura. Una vez más podemos destacar que el relato bíblico parte desde una base monoteísta, mientras que el relato mesopotámico está arraigado en un concepto plenamente politeísta. En el relato babilónico los dioses deciden caprichosamente destruir a la humanidad porque los humanos son muy ruidosos y las deidades no pueden descansar. El relato bíblico, en cambio, presenta a un solo Dios que decide enjuiciar a la humanidad por su rebelión abierta en contra de sus propósitos. En el documento bíblico no hay rivalidad ni engaño, ni actitudes egoístas. Dios decide salvar a Noé porque es «varón justo y perfecto». Por otro lado, en el relato mesopotámico, Enki, el rival de Enlil, secretamente avisa a un ser humano preferido acerca del diluvio para que se pueda salvar. Rivalidad, engaño, conflicto y capricho son las características de la visión mesopotámica. 

Es Importante Recordar que...
Estas diferencias y muchas otras demuestran que el texto bíblico plantea alternativas importantes a la concepción mesopotámica del diluvio, tomando en cuenta que similitud no significa plagio o copia, sino evidencia de un acontecimiento visto desde diferentes perspectivas. 

En consecuencia, es evidente que existen contextos similares, detalles parecidos y relatos paralelos. No obstante, un análisis crítico muestra que el relato bíblico propone alternativas revolucionarias para el mundo antiguo. Proclama un Dios en medio de muchos; justicia en vez de capricho; preocupación por la humanidad creada en vez de su opresión y explotación.