Los Tipos de Ofrendas en la Antigua Israel

Los hombres han presentado ofrendas a Dios desde tiempos remotos. Las primeras ofrendas de las que hay registro son las primicias del suelo que presentó el hijo mayor de Adán, Caín, y los primogénitos del rebaño que ofreció su hijo más joven, Abel. Tanto la actitud como los motivos debieron diferir, pues Dios aprobó la ofrenda de Abel pero miró con desaprobación la de Caín. (Más tarde, el pacto de la Ley reguló tanto las ofrendas de animales como las ofrendas de grano.) Abel seguramente entendía que se debía derramar sangre, es decir, que alguien tendría que ser sacrificado para que la humanidad pudiese recuperar la perfección que Adán y Eva habían perdido. Debido a que se reconocía pecador, su fe lo movió a presentar una ofrenda perfecta que requería derramar sangre, prefigurando así con exactitud el verdadero sacrificio por los pecados: Jesucristo (Génesis 4:1-4; Hebreos 11:4).

 

Tipos de ofrendas

En la Sociedad Patriarcal.

Después de salir del arca, el cabeza de familia Noé ofreció al Señor un sacrificio de acción de gracias que fue “calmante o tranquilizador”, y a continuación Dios confirmo el pacto con el arco iris con la humanidad. Posteriormente leemos que los fieles patriarcas presentaron ofrendas al Señor (Génesis 8:20; 31:54).


Como cabeza de familia, Job desempeñaba la función de sacerdote para los suyos y sacrificaba ofrendas quemadas a Dios a favor de ellos (Job 1:5). El más notable y significativo de los sacrificios antiguos fue el intento de Abrahán de ofrecer a Isaac por mandato de Dios. Cuando el Señor observó la fe y la obediencia de Abrahán, le proveyó bondadosamente un carnero en sustitución para el sacrificio. Este acto de Abrahán prefiguró la ofrenda que Dios haría de su Hijo unigénito, Jesucristo (Génesis 22:1-14).

 

Tipos de Ofrendas

Ley Mosaica

Todos los sacrificios efectuados bajo el pacto de la Ley señalaban a Jesucristo y su sacrificio al igual que los beneficios que se derivan de dicho sacrificio. Así como Jesucristo fue un hombre perfecto, todos los animales sacrificados también tenían que ser sanos y sin tacha (Levítico 1:3). Tanto el israelita como el residente forastero que adoraba a Dios tenían que presentar las siguientes ofrendas:

 

Ofrendas Quemadas

Las ofrendas quemadas se presentaban íntegramente a Dios; el adorador no retenía para sí ninguna parte del animal. Estas ofrendas constituían un llamamiento a Dios para que aceptase, o indicase que aceptaba, la ofrenda por el pecado que a veces los acompañaba. Jesucristo, a modo de “holocausto”, se entregó completamente.

 

Ocasiones en que se presentaban ofrendas quemadas, y sus características:


1) Se ofrecían con regularidad: cada mañana y cada anochecer, cada día sabático, el primer día del mes, el día de la Pascua y los siete días de la fiesta de las tortas no fermentadas, el Día de la Expiación, el día del Pentecostés y cada día de la fiesta de las cabañas.


2) Otras ocasiones: en la consagración del sacerdocio (Levítico 8:18-21), en la instalación de los levitas (Números 8:6), en la celebración de pactos con las ofrendas de comunión y con ciertas ofrendas por la culpa y el pecado, al hacer votos y en conexión con las purificaciones.


3) Animales ofrecidos: toros, carneros, machos cabríos, tórtolas o palomos. Si la ofrenda era de la vacada o del rebaño, el que la presentaba ponía su mano sobre la cabeza del animal (así reconocía que era su ofrenda y esta se hacía a su favor).


Luego se degollaba el animal y se rociaba la sangre “en derredor sobre el altar” de la ofrenda quemada. A continuación, se desollaba y descuartizaba; se lavaban los intestinos (la asadura no se quemaba sobre el altar) y las patas; la cabeza y las otras partes del cuerpo se ponían sobre el altar (el sacerdote que oficiaba recibía la piel; Levítico 7:8). Si se trataba de un ave, se le tenía que quitar el buche y las plumas; luego se quemaban sobre el altar la cabeza y el cuerpo (Levítico 1:14-17).

 

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Ofrendas de Paz

Las ofrendas de paz o de comunión aceptables al Señor indicaban paz con Él. El adorador y su casa participaban de la ofrenda. (Según la tradición, en el patio del tabernáculo se erigieron cabañas alrededor de la parte interior de la cortina que rodeaba el patio; en el templo se hicieron comedores.)


El sacerdote que oficiaba recibía una porción y otra los sacerdotes que estaban de servicio. Dios recibía el humo grato de la grasa que ardía, y la sangre, que representaba la vida, se entregaba a Dios como suya. Por lo tanto, era como si los sacerdotes, los adoradores y Dios participasen juntos de la comida, lo que representaba que disfrutaban de relaciones pacíficas.


Su objeto no era enseñar cómo un pecador podía conseguir la paz ni tampoco hacer expiación: se trata más bien del resultado de haber recibido bendición, de la respuesta del corazón a esta bendición.


Ocasiones en que se presentaban ofrendas de comunión:


1) Ocasión: cuando se celebraban pactos (Éx 24:5), durante la celebración de los períodos festivos y el comienzo de los meses (Nú 10:10; Éx 12:2-14; Le 23:15-19; Nú 29:39) y en otras ocasiones.


2) Propósito: conseguir la aprobación de Dios; también hacer ruego o súplica a Dios en tiempos de infortunio.


3) Animales: reses vacunas (machos o hembras), ovejas y cabras. (No se utilizaban aves, pues se consideraba que no eran suficiente para una comida de sacrificio). El que hacía la ofrenda ponía su mano sobre la cabeza del animal y este era degollado. Luego el sacerdote rociaba la sangre “en derredor sobre el altar” de la ofrenda quemada y la grasa (parte de la cual era la cola de la oveja) se colocaba sobre el altar de la ofrenda quemada. Los sacerdotes recibían el pecho, y la pierna derecha era para el sacerdote que oficiaba. (Éx 29:26; Lev 7:28-36).

 

Tipos de Ofrendas

Tipos de Ofrendas de Comunión


Ofrendas por el Pecado

Todas estas ofrendas se hacían cuando se cometía un pecado involuntario debido a la debilidad de la carne imperfecta, no “con mano alzada”, es decir, de manera abierta, expresa y orgullosa. Se utilizaban diversos sacrificios animales, desde toros hasta palomos, dependiendo de la posición y las circunstancias de la persona o personas cuyo pecado debía expiarse. Es digno de notar que las personas cuyos pecados se tratan en el capítulo 4 de Levítico habían hecho una de las cosas que Dios mismo manda que no deben hacerse y por lo tanto eran culpables de pecado (Levítico 4).

 

Ocasiones en que se presentaba esta ofrenda


1.El pecado del Sumo Sacerdote: Este traía la culpa sobre el pueblo (Lev 4:3). El sumo sacerdote llevaba un toro, le ponía la mano sobre la cabeza y lo degollaba. Luego introducía su sangre en el Lugar Santo y salpicaba un poco enfrente de la cortina, ponía parte sobre los cuernos del altar del incienso y el resto la derramaba en la base del altar de la ofrenda quemada; la grasa (como en las ofrendas de comunión) se quemaba sobre el altar y el resto del animal (incluida la piel) se quemaba en un lugar limpio fuera de la ciudad, donde se vertían las cenizas del altar. (Lev 4:11-12).


El pecado que un sumo sacerdote cometía en su puesto y en su calidad de representante de toda la nación ante Dios traía culpabilidad sobre toda la asamblea. Este error podía ser: una equivocación en el juicio, en aplicar la Ley o al tratar una cuestión de importancia nacional. Por dicho pecado y por el pecado de toda la asamblea se exigía el más valioso de los sacrificios, a saber, un toro.


2) El pecado de toda la Nación: Puede ser por algún pecado cometido por la asamblea del que no eran conscientes los responsables hasta más tarde. La congregación llevaba un toro sobre cuya cabeza los ancianos ponían sus manos. Luego uno de ellos lo degollaba, y el resto del procedimiento era el mismo que en el caso de un pecado del sumo sacerdote.


3) El pecado de un Principal: El procedimiento era similar, con la excepción de que se usaba un cabrito y la sangre no se introducía en el Lugar Santo, sino que parte de ella se ponía sobre los cuernos del altar de la ofrenda quemada y el resto se derramaba en su base; la grasa se hacía humear sobre el altar; los sacerdotes debían recibir una porción para comer, como en otras ofrendas por el pecado; las vasijas en las que se cocía la carne tenían que restregarse (o ser hechas pedazos, si eran de barro) para que no se profanase nada santo, lo que ocurriría si parte del sacrificio se adhería al recipiente y este se usaba después para propósitos corrientes.


4) El pecado de un Israelita: una cabrita o una cordera; el procedimiento era el mismo que en el caso del pecado de un principal.

En los casos en que los sacerdotes tenían que comer parte de la ofrenda por el pecado, parece ser que al participar, se les consideraba como si ‘respondiesen por el error’ de los que hacían la ofrenda por el pecado “para hacer expiación por ellos delante de Dios”, en virtud de su santo cargo.

Tipos de Ofrendas

Ofrendas por la Culpa

Ésta se diferencia de la ofrenda por el pecado en que tiene a la vista el gobierno de Dios, en tanto que la otra ofrenda tiene a la vista la naturaleza santa de Dios, y por ello su necesaria acción contra el pecado en juicio.


La ofrenda por la culpa se halla por primera vez en Lev 5-6, y tiene que ver con faltas cometidas contra el Señor o contra el prójimo. En estos casos, se tenía que ofrecer una ofrenda expiatoria por la culpa, porque una falta cometida contra un semejante violaba los derechos de Dios, y se debía hacer restitución también, con la adición de un quinto del perjuicio.


Ocasiones en que se presentaban ofrendas por la culpa:


1) Un testigo de un asunto que no testificase, alguien que inconscientemente hubiere tocado un cadáver o una persona inmunda, y alguien que de manera imprudente o irreflexiva jurara hacer o no hacer algo. Esa persona tenía que confesar de qué manera había pecado. (Le 5:5.) Las ofrendas por la culpa variaban según las circunstancias financieras. (Le 5:6-10.) En el caso de una ofrenda de grano, no se debía poner nada de aceite, porque era una ofrenda por el pecado y por lo tanto una ofrenda de grano obligatoria, no una ofrenda voluntaria, gozosa, procedente de alguien que estuviese en buena posición ante Dios (Le 5:11-13).


2) Cuando alguien se hubiese apropiado involuntariamente del grano apartado como diezmo para el santuario y lo usase para sí mismo o para su casa (para un uso común, profanando así la cosa santificada). En este caso, se tenía que hacer compensación al santuario añadiendo, además, una quinta parte, y se presentaba un carnero como ofrenda por la culpa (Lev 5:15).


3) El caso de alguien que engañase a su asociado al quedarse con bienes encomendados a su cuidado, robar, defraudar, guardarse algo que había hallado o mentir. En primer lugar, la persona tenía que confesar el mal. Después, hacer una compensación total a la persona perjudicada añadiendo una quinta parte. Si esta había muerto, la compensación la recibía el pariente varón más próximo; si no había ningún pariente próximo, la recibía el sacerdote. Por último, tenía que ofrecer un carnero como ofrenda por su culpa.

 

Tipos de Ofrendas

Ofrenda de Acción de Gracias

Es una ofrenda de comunión que alababa a Dios por sus provisiones y bondades amorosas, se comía carne, pan leudado y pan sin fermentar. Por lo tanto, el adorador celebraba la ocasión usando lo que podría llamarse “alimento cotidiano”. (Sin embargo, nunca se colocaba pan leudado sobre el altar como ofrenda a Dios.) Cuando se hacía esta expresión de gracias, la carne se tenía que comer aquel mismo día, no el siguiente. (En otras ofrendas de comunión la carne podía comerse al día siguiente). Este hecho hace recordar la oración que Jesucristo enseñó a sus seguidores: “Danos hoy nuestro pan para este día” (Mt 6:11).

 

Tipos de Ofrendas

Ofrendas de Grano

Se hacían junto con las ofrendas de comunión, las ofrendas quemadas y las ofrendas por el pecado, y también como primicias; en otras ocasiones se ofrecían independientemente. Servían para agradecer la generosidad de Dios al dar bendiciones y prosperidad; a menudo iban acompañadas de aceite e incienso. Las ofrendas de grano podían ser:


  • De flor de harina
  • Grano tostado
  • Tortas en forma de anillo
  • Galletitas delgadas cocidas sobre la tartera o en la caldera profunda de freír.

Se ponía una parte de la ofrenda de grano sobre el altar de la ofrenda quemada, otra la comían los sacerdotes y, en las ofrendas de comunión, el adorador también participaba. Ninguna de las ofrendas de grano presentadas sobre el altar podía contener levadura, miel, zumo de higos espesado, jarabe, o zumo de frutas en general que pudiera fermentar (Le 2:1-16).

 

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Libaciones

Junto con la mayoría de las ofrendas también se presentaban libaciones, especialmente una vez que los israelitas se establecieron en la Tierra Prometida. La libación consistía en vino (licor embriagante) que se derramaba sobre el altar. La cantidad de vino y aceite debían ser iguales, y en proporción a la importancia de la víctima


Se ofrecía con el sacrificio de la mañana y de la tarde, que era un holocausto, e iba acompañada de una oblación de ofrenda vegetal.


La libación puede ser un tipo del gozo en el Espíritu en la consciencia del valor de la obra de Cristo hecha a la gloria de Dios. El apóstol Pablo escribió a los cristianos de Filipos: “Si yo estoy siendo derramado como libación sobre el sacrificio y servicio público a los cuales los ha conducido la fe, me alegro”. Poco antes de su muerte escribió a Timoteo: “Ya estoy siendo derramado como libación, y el debido tiempo de mi liberación es inminente” (2 Ti 4:6).

 

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Ofrendas Mecidas

En las ofrendas mecidas, el sacerdote debía colocar sus manos debajo de las del que sostenía el sacrificio que se iba a presentar y las mecía de acá para allá, o quizás era el mismo sacerdote el que mecía la ofrenda (Lev 23:11). Parece ser que Moisés, como mediador del pacto de la Ley, hizo esto con Aarón y sus hijos cuando los consagró para el sacerdocio (Lev 8:28). Esta acción prefiguró la presentación de las ofrendas al Señor. Ciertas ofrendas mecidas constituían la porción destinada a los sacerdotes (Éx 29:27).


La presentación de una gavilla (o la medida de un omer) de las primicias de la siega de la cebada el 16 de Nisán era una ofrenda mecida llevada a cabo por el sumo sacerdote. Fue en esta fecha del año 33 d. C. cuando Jesucristo resucito.


En el día del Pentecostés se mecían dos panes con levadura de las primicias del trigo. Este fue el día en que Jesús, como Sumo Sacerdote en los cielos, pudo presentar ante Dios las primicias de sus hermanos espirituales de la congregación cristiana tomados de entre la humanidad pecaminosa y ungidos por el derramamiento del Espíritu Santo.

 

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Porciones Sagradas (ofrendas alzadas)

La palabra hebrea teru·máh se traduce en algunas ocasiones como “porción sagrada” cuando se refiere a la parte del sacrificio que se alzaba como la porción que pertenecía a los sacerdotes. También se traduce frecuentemente “contribución” cuando se refiere a las cosas dadas al santuario, las cuales, con excepción de lo que se sacrificaba sobre el altar, iban asimismo dirigidas al sustento de los sacerdotes.

 

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En el Nuevo Pacto


La Cena del Señor (Conmemoración de la Última Cena)

Es una comida de comunión (1Co 10:16). Los que han sido introducidos en ‘el nuevo pacto en virtud de la sangre de Cristo’ la comparten en fe y participan de los emblemas que representan el cuerpo y la sangre de Jesús. También comparten la comida con Dios, pues Él es el Originador de ese pacto. Ellos buscan obtener la aprobación de Dios y están en paz entre sí y también con el Señor por medio de Jesucristo.


Como se exige limpieza de los que participan en una comida de comunión, Pablo advierte que los cristianos deben examinarse antes de celebrar la Conmemoración. El tratar con ligereza o desprecio la ocasión o los emblemas de vino y pan sin fermentar sería profanar algo sagrado, y los haría merecedores de juicio adverso (1 Co 11:25, 27-29).

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