El Alfarero Espiritual

Las vasijas de barro se quiebran fácilmente y tienen que reponerse con frecuencia. Debido a esta característica, se convirtieron en figura utilizada por los profetas y poetas hebreos como imagen perfecta de la debilidad humana: «El Señor someterá a sus enemigos, los desmenuzará como vasija de alfarero (Sal. 2:9; Is. 30:14; Ap. 2:27). 


Por otra parte, el alfarero, al hacer sus vasijas como él desea, constituye una hermosa ilustración del poder de Dios como Creador, y así se aplica a Israel (Jer. 18:2-6). Simboliza también la soberanía de Dios para modelar el destino de los hombres conforme a su voluntad (Ro. 9:20, 21). En los relatos de la creación, Dios procede como un alfarero que forma y modela el barro hasta que adquiere la forma de un hombre (Gn. 2:7). Yotser es la palabra favorita de Isaías: «Yahvé es el alfarero de Israel» (Is. 64:7; cf. Jer. 18:1-2; Is. 45:9; Eclo. 33:13; Ro. 9:20ss). Con ello se quiere señalar que la vida humana está totalmente en las manos de Dios como el barro en manos del alfarero. Esta imagen de Dios viene a ser la representación popular de la trascendencia e inmanencia del Señor.