Dentro de la cosmovisión cristiana, el momento en que el Espíritu de Dios descendió sobre la primera iglesia en Jerusalén, marca el inicio de la expansión del evangelio sobre la Tierra y de cómo esta haría que millones de personas tuvieran una misma visión de vida no importando su origen o cultura.
La historia es clara en describir el entorno que rodeaba a los creyentes en ese tiempo, principalmente a las personas extranjeras quienes fueron testigos del hecho, siendo este uno de los enfoques principales que tiene el libro de los Hechos de los Apóstoles, por lo cual es posible realizar una comparación Teológica de dos grandes eventos que marcaron un antes y un después en la historia del hombre con resultados tan notorios hasta el día de hoy, dado que el propósito es mismo en ambos, unir al hombre: Pentecostés y la Torre de Babel.
Similitudes
Históricas y Religiosas
- En los dos eventos se destaca la diversidad de dialectos y etnias.
- Dios interviene de manera contundente en ambos relatos (Confusión y unión).
- Los dos dan origen a ideas religiosas que moldearon sociedades enteras (En los grandes imperios del Antiguo Medio Oriente).
- Tienen una gran importancia en la historia antigua y las religiones de origen semítico.
- En ambas el hombre sede a la voluntad de Dios.
- Los testigos oculares en su mayoría reconocen la intervención divina y la otra parte la rechaza.
- Los dos relatos se desarrollan en un marco sociopolítico muy tenso (Antigua Mesopotamia y el Imperio Romano).
La Intervención Divina
En Babel se nos cuenta la historia de como todos los hombres trabajan por un mismo objetivo, la consolidación de un asentamiento humano en la cual las primeras ciudades de ese entonces compartirían una misma cultura, dialecto y visión. Ya sea que lo hayan hecho por motivos de orgullo, rebelión o consolidación, las Escrituras nos afirmar que tal obra fue rechazada por Dios lo que lo llevo a confundir las lenguas dentro del asentamiento (Más información acerca del tema).
Ahora bien, en Hechos 2:1-13 se nos muestra una historia con
un punto de vista diferente, ya que nos indica de la presencia de varios
extranjeros en la Ciudad Santa, por ende, es normal la variedad de lenguas que
ahí se hablaban, o sea que no todos tenían un mismo objetivo en el Dia de Pentecostés,
celebración en la cual los judíos daban gracias a Dios por las cosechas de ese
año. A pesar de todas esas diferencias en ese día en particular, el mensaje de
Dios fue más claro que nunca para la mayoría de los que estaban presentes. Esa sería la primera gran diferencia entre
los dos relatos, ya que en la primera la intervención de Dios confunde a las
personas, pero en Pentecostés su intervención hace que la mayoría se entienda y
se una.
Uniformidad o
Diversidad
El pensamiento humano casi siempre se ha inclinado a crear una sociedad en la cual todos posean las mismas cualidades, aptitudes y sobre todo, un mismo enfoque, algo muy parecido al Budismo que busca la paz en la ausencia de las diferencias. Si bien es cierto la unión ha hecho que la humanidad logre grandes cosas, esta también ha provocado daños muy serios en la espiritualidad de la personas con el pasar del tiempo, haciendo que todas luchen por la satisfacción sus almas o por el bien común, supuestamente, porque al final los grandes beneficiados eran los altos jerarcas, y ejemplos para ello tenemos de sobra, no solo en la antigüedad sino en las sociedades más recientes como lo fue el Imperio Ruso a inicios del Siglo XX, que le vendió una falsa visión de igualdad a sus habitantes, pero que al final fracaso por politizar absolutamente todo en el imperio y dejar en la pobreza a sus pobladores.
Como hemos visto a lo largo de la historia, cuando el hombre
se propone en crear grandes sociedades, excluyendo a Dios y fomentando la
unidad a través de la rebelión y la soberbia, las cosas terminan muy mal para el
ser humano porque para él es Dios es innecesario en su visión de vida. Por este
motivo podemos ver como Dios interviene en la historia humana por medio de
Jesucristo, con la intensión de borrar el pecado, pero no las diferencias en
las personas, algo que vemos en la diversidad de lenguas en Pentecostés, en los
dones, en los misterios del Espíritu y en las diversas iglesias que se forman
en el Asia Menor, sin contar a las que dan inicio en el corazón del Imperio
Romano.
La Diversidad en la Iglesia
- En Pentecostés todos eran diferentes culturalmente, se comunicaban diferente, pero cuando Dios está en medio de ellos, son capaces de entenderse a la perfección (Hechos 2:6-8).
- Todos en algún momento adoptamos el mismo pensamiento de Babel, creyendo que si todos actuaran como nosotros, la congregación estaría mejor. En Pentecostés las diferencias se convierten en la clave de la unidad, por ende, el intento de eliminarlas es volver a Babel porque automáticamente se excluye a Dios de la ecuación dado que Él es diferente a nosotros y es el único que nos puede unir.
- Pentecostés nos muestra que la diversidad es uno de los regalos más grandes entre los miembros, cuando el Espíritu Santo mora en ellos.
- La iglesia primitiva se fortalece cuando sus diferencias son redimidas por la obra del Espíritu, para muestra tenemos el primer discurso del Apóstol Pedro que a pesar de ser un hombre con un carácter muy complicado al de los demás, logra que aproximadamente 3,000 personas se conviertan al cristianismo.
- La armonía colectiva del Espíritu Santo en la congregación, supera los defectos individuales de los miembros.
- La multiplicidad nos ayuda a dejar a tras las diferencias denominacionales, ya que en esta es el Espíritu quien nos guía y no muestras preferencias.
- Efesio 4:1-16, nos muestra la verdadera conciliación de los miembros dentro de la congregación.
- Las diferencias o características individuales son armoniosas en la presencia de Dios (Apocalipsis 7:9-12).
- La obra del Espíritu no borra las diferencias culturales en la iglesia primitiva, sino las practicas pecaminosas que manchan el alma y dañan la salud de las personas.
- Una iglesia diferente en aquella que exclama a cada momento: “Dios ven, te necesitamos porque sin ti no nos entendemos”.
La diversidad pos-moderna ha caudado mucha desilusión dentro de la sociedad, pero también en la iglesia al convertirlo en una especie de hedonismo personal, ya que se le ve mas preocupado por la particularidad que en la unidad del Espíritu, por ello vemos a mas miembros de la iglesia, solos y aislados de la verdadera comunión.
La Humanidad se Une
Nuevamente
En las dos historias se enfatiza la unión de las personas, pero en Babel, está en ningún momento es avalada por Dios ya que antes de eso Él ya había dado una orden (Génesis 9:7) y tras la dispersión por medio de las lenguas, Dios reúne nuevamente a esas lenguas para ser entendidas como una sola en del Día de Pentecostés, pero no las une para un propósito meramente humano, sino para una celestial que en este caso si es avalado y respaldado por Dios, luego de haber enviado a su Hijo para reconciliar a la humanidad, envía a su Espíritu para unirlos de la manera correcta.
Lo que Babel separa a causa de la desobediencia, Dios la une en obediencia al mandado Divino de la Gran Comisión, en este caso las personas ya no se reúnen en Babel/Babilonia que es vista como la Ciudad de la Confusión, sino en Jerusalén la Ciudad Santa.
Lo que llama la atención es que Dios desecha la soberbia que
afecto a los primeros hombres y reúne a las personas más humildes de Jerusalén,
que si bien sabemos fue una de las iglesias que más necesidades económicamente
por todo el basto Imperio Romano, para mostrarnos las riquezas del Reino y el propósito
original del ser humano en la Tierra.